Sabemos que cuando uno anda jugándole al emprendedor, lo más sencillo e incluso conveniente en términos económicos es arrancar como persona física, o séase, usando tu nombre y cuentas bancarias para costear tus operaciones, evitándote más rollos. Si bien esto puedo haberte funcionado cuando eras un negocio pequeño, llega un punto de desarrollo y crecimiento (y la neta qué bueno, ¡yay!) en el que te conviene dar el salto a las grandes ligas, lo cual implica finalmente atreverte a constituir una sociedad. Si ya andas en ese punto, pero te resistes al cambio, ¡sin miedo al éxito! Aquí te damos unas razones que te harán cambiarte el chip:
Proteger tu persona física
- Crear una sociedad es como crear a una identidad nueva, independiente a ti. Esto separa tus bienes, patrimonio y responsabilidades personales con autoridades tributarias y en general, en caso de que tu proyecto crezca o, en el peor de los casos, fracase. Imagínate operando tu negocio con tu persona física: algo sale mal (*toca madera*) y tú, siendo personalmente responsable de cualquier demanda, accidente o reclamo… no sólo se ve afectado tu negocio, sino tú mismo directamente. ¿Pa’ qué hacerlo más complicado?
Para organizar y separar tu contabilidad:
- Tus cuentas personales y las de tu negocio todas mezcladas, no harán las cosas más fáciles; debes separar tus cuentas bancarias para evitar complicaciones en tu conta por no dar datos reales.
- Ligado a lo anterior, la conta es de suma importancia para ver cómo anda tu proyecto y así tomar decisiones. Si la mezclas con la personal, no tendrás estadísticas reales de las ganancias o pérdidas de tu emprendimiento/empresa, por lo que justo la toma de decisiones para escoger el rumbo hacia el cual dirigirte, será más complicado.
Elección del régimen ideal:
- Es muy probable que te convenga más un régimen tributario que sólo esté disponible para personas morales. Ni modo, llegó la hora de discutir con tu contadorx y abogadx cuáles son tus mejores opciones para tributar, y así disfrutar de los beneficios de tu persona moral.
Crecer tu negocio de forma segura con inversiones:
- Una sociedad es una excelente manera de obtener dinero para tu negocio sin sacrificar tu toma de decisiones y el control que tienes. En varios tipos de sociedades, es posible tener socios capitalistas que inyectan dinero a tu proyecto y luego lo retiran según lo que hayan acordado (“maravillosa jugada”). Las sociedades mercantiles son ideales para hacer este tipo de operaciones, y para proteger los intereses de los socios originales o de quienes operan el día a día de tu negocio.
Los préstamos están avalados por tu capital social:
- Tu capital social es como una carta de presentación de tu negocio; o sea, si en algún momento necesitas un préstamo, el capital social es una garantía adicional para tus acreedores de que puedes costear el crédito y no serás mala paga, o que si caen en pérdidas podrás garantizar operaciones hasta tal monto.
Recuerda que tu negocio está para crecer y volverse más grande de lo que alguna vez imaginaste, así que no te resistas a triunfar: por complejos que te parezcan los pasos que vienen, tú dale hacia adelante siempre asesorado por gente experta. Si quieres que te apoyemos, podemos guiarte hacia tomar las mejores decisiones para ti. ¡Cuenta con nuestro respaldo!